Día de la Madre
Tenemos en puerta la celebración del día de la madre; fecha emblemática en varios sentidos: uno, por la concepción y el rol que juega la figura materna en América Latina, nada más ver la configuración poblacional de Paraguay, donde en la guerra de invasión pereció un porcentaje inustiado de varones. Las consecuencias en la idea de maternalidad supongo que ha tenido un impacto social muy importante, el matriarcado al alza probablemente. Segundo, la idea de madre-mujer cuidadora, protectora, cocinera, niñera, por supuesto sin faltar los tintes de abnegación, es avasalladora y fuente de conflictos intrafamiliares. Por otra parte, los hombres nos hemos aprovechado de esas circunstancias porque es muy cómodo recibir atenciones y dizque amor "incondicional", cuya factura como todo en la vida, llegará en algún momento. Es momento entonces de concientizar de que no carecemos de habilidades para asumir tareas domésticas, que pueden ser hasta gratificantes. Sabemos que la cuestión de roles y programas que convierten a los seres humanos en hombres o mujeres, se agazapan necesidades históricas que se volvieron asuntos de género y talvez hasta genéticas, pero ya es hora de que las relaciones y los modos de convivencia sean más simétricos y horizontales, así lo plantea los modos de vida actuales. Por último como todo lo histórico, también la maternidad es un tema a debate, así que dentro de algunas centurias probablemente en vez del día las madres, se celebrará el día de la equidad de géneros y de las tareas compartidas, sin nada que abonarle a la abnegación. Mientras tanto, felicidades a quienes quieran seguirse cobijando en estas celebraciones, que en una de esas la vigencia de sus días está contada. Vamos, sin desmerecer los merecimientos, pero a costa de qué. Seguro que las cosas de la familia con algo de imaginación y creatividad se pueden planear de forma más racional y humana, apta para el futuro.
