domingo, 10 de julio de 2011

Facundo, Facundo...


Facundo Cabral y las circunstancias

Decir Facundo Cabral es entrar en las evocaciones significativas para varias generaciones de latinoamericanos, porque este hombre tuvo entre múltiples habilidades, la de provocar solidaridad con nosotros mismos, nuestras historias, identidades, sobretodo, sincronizar-nos con nuestras utopías, surgidas de la toma de conciencia de nuestra realidad histórica, que para no ahondar en detalles, sólo mencionamos que vivimos en un sub-continente lacerado; decir poéticamente las causas parece que es una hipótesis de esta muerte violenta, injusta como todas las ocurridas a lo largo y ancho de estos suelos. Cómo responder; en primer lugar reutilizando el acompañamiento del represente diplomático de Argentina en Guatemala: no se puede culpar a los neoyorquinos de la muerte de Lennon, tampoco a los guatemaltecos de semejante ofensa. Segundo, retomar las ideas del poeta Sicilia ante la crítica a los resultados de la junta en el Alcázar de Chapultepec (Ciudad de México): >Mientras en el diálogo sacaba lo mejor de mí mismo, la firmeza en el amor, no dejé de pensar –para no perderme, para no sucumbir a esa parte mía que en ciertas circunstancias me hace desdeñar y estallar en lenguajes hirientes–. Es otra lógica, la del diálogo, la de hacer prevalecer, el amor, la ética, a pesar de todo. Lo más valioso de todo, es que tal perspectiva la dice un hombre que evoca los métodos de Gandhi, pero desde el más profundo dolor que puede signicar la pérdida innombrable, ya se ha dicho, que no existe un nombre para quien ha perdido hijos.

De momento, quisiera dejar éstas líneas con una de las canciones emblématicas de Cabral: "Ni soy de aquí, ni soy de allá", que si pensamos en el planeta Tierra, "suspendido" en la inmensidad del vacío o como se llame a esa ¿infinitud? de lo que imaginamos que es el Universo, por un lado, esa bola que miramos de color azul, no cae, a dónde habría de caer, si allí no hay gravedad, tal vez otras fuerzas, pero no esa y la otra idea es que dónde es allí o allá y sin edad, ni porvenir. Tales consideraciones sólo tienen sentido desde el otro Universo, el de nuestros sentires e inteligires...quizás un día, Facundo, lo arreglemos y conversemos, tal vez cuando formemos parte de esa Sustancia única, que menciona Umberto Eco cuando evoca a Spinoza...Hasta siempre...