domingo, 19 de octubre de 2008

Crisis del sistema económico y el enfoque femenino

Crisis del sistema económico y el enfoque femenino islandés


¿Cómo hemos llegado a esta crisis sin que nadie lo advirtiera? escribe Mario Vargas Llosa en un artículo recientemente publicado. No es para menos pensar de ese modo, si también hace pocos meses se decía que Islandia era el país más feliz de este planeta, cuando de repente ha sido el primero en sucumbir a la bancarrota financiera.

Pero la cosa estaba advertida por la creciente desmesura de la concentración de capitales y las formas de ejecutar dicha concentración, en algún momento tendría que venir lo inevitable: los límites. Los fenómenos cotidianos en que estamos inmersos cotidianamente tienen límites, el día, la noche, las estaciones, los movimientos de traslación y rotación de la Tierra; cabría sospechar que más allá de lo visible, en el espacio exterior y en el interior intracelular, también hay leyes reguladoras. Se pensó que el mercado se autorregularía como si fuera un ente donde lo humano, con todas las bondades y prácticas horrorosas, no estuviera presente. En el fondo es tomar los medios por fines. Así, un posible indicador permanente de lo que se venía encima, es la sobrealimentación de unos y la escandalosa desnutrición de otros, si no, cómo se explica la masiva emigración al Norte.

Lo que ocurre ahora con la economía mundial probablemente contenga asuntos de los que se puede aprender, que nos pondrán en la ruta de lo más humano, entendido por tal, la mesura, la solidaridad, el reparto más racional.

Una clave interesante nos llega de la misma Islandia, con nombres y apellidos. Svafa Gronfeldt, rectora de la Universidad de Reikiavik, apuesta por la “imaginación y capacidad práctica” , aunque Halla Tomasdottir, parece aún más radical, ha dicho que son las mujeres quienes tienen la preparación y habilidad para sacar a su país adelante, no sin antes romper el “techo de cristal” del que habla Mabel Burin.

Lo que viene o lo que convendría que venga, según Tomasdottir, quien dirige la única consultora financiera en su país, que permanece reportando ganancias, es que las mujeres dirijan las cosas con un concepto más femenino de la realidad, (que permeé, no hacerlo solas), que consiste “en pensar más en equipo y tomar en cuenta no sólo las ganancias inmediatas…sino valores más amplios, como el bienestar de la sociedad en su conjunto” (entrecomillados tomados del diario El Pais, 191008).

Vale la pena intentarlo desde esa perspectiva femenina, lo que implica de nuestra parte, mayor capacidad de escucha y reconocimiento de esa otredad que nos acompaña siempre.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta la perspectiva fememina, que a mi gusto es integración de otras dimensiones ya presentes en toda persona, aunque a veces, descuidadas: Änima y Ánimus que nos plenifican cuando no están distorcionadas.

Escuchar con atención, dejar que el mensaje toque el corazón, permitir que profundicen y alcancen la vida propia, y dejar que afecten a las ideas, las esperanzas, las memorias y los deseo, son habilidades que en los mitos y en los cuentos infantiles pertenecen a las heroínas.

Pero su enseñanza es clara para todos. Así entiendo estas "capacidad e imaginación prácticas". Pendientes del impacto, con mesura y racionalidad, dispuestas para el bienestar y aprovechamento solidarios y comunes.

Saludos
i

Anónimo dijo...

Me gusta la perspectiva femenina, que a mi gusto es integración de otras dimensiones ya presentes en toda persona, aunque a veces, descuidadas: Änima y Ánimus que nos plenifican cuando no están distorsionadas.

Escuchar con atención, dejar que el mensaje toque el corazón, permitir que profundicen y alcancen la vida propia, y dejar que afecten a las ideas, las esperanzas, las memorias y los deseos, son habilidades que en los mitos y en los cuentos infantiles pertenecen a las heroínas.

Pero su enseñanza es clara para todos. Así entiendo estas "capacidad e imaginación prácticas", pendientes del impacto, con mesura y racionalidad, dispuestas para el bienestar y aprovechamento solidarios y comunes.

Saludos
i

carlos castellanos dijo...

De acuerdo, finalmente somos una unidad indivisible, sólo que es cuestión de acentos; quizás en este momento nos conviene fijarnos más en esa parte de cuidados más colectivos. Parece que el modo de producción dominante en este momento, nos ha dispersado y redireccionado a lo inmediato. Gracias por los comentarios. Carlos