miércoles, 29 de abril de 2009

El metavirus


El metavirus

Pues sí, como meta-física o meta-lenguaje o para cuando el virus porcino nos alcance. Ocurre que nuestra querida y sufrida Ciudad de México durante estos días como que de repente podría no parecer reconocible, porque cuando estamos de vacaciones se medio vacía o medio vaciaba, pero uno sabía que ello era temporal; hasta nos medio alegrábamos de volver a ver a quienes hacían que se marchaban de descanso, porque muchos regresaban no con mejor pinta que la de quienes nos quedábamos a gozar de la ciudad. Ahora es diferente, todos estamos aquí (aunque algunos se marcharon como si de un asueto se tratara), pero no nos vemos, sí nos hablamos por teléfono o por la red, pero como hasta los cafés de siempre están cerrados…¿posponemos las citas? Está presente la incertidumbre. El alma como que pregunta o se medio agita.

De allí la necesidad de una meta-mirada con los pocos datos o datos confusos, no sé si estamos informados o desinformados, un asunto nada menor del fenómeno. Cualquiera que sea la hipótesis: lo estamos viviendo o nos lo están haciendo vivir, da lo mismo. Es posible imaginar un escenario citadino sin citadinos, lo que nos pone de cara al origen de todo, de la vida misma: azar o no azar, la cuestión es que aquí estamos y somos seres inteligentes, con uso del logos, con capacidad de gestionar nuestras pasiones o emociones, como gusten nombrarlas. He ahí la cuestión, nuestro futuro muy probablemente depende de nosotros por mucho más tiempo, pero con la condición de usar de los recursos de manera racional; es decir, si actuamos más como cuerpo social, donde los individuos piensan y actúan en función de sí, pero en orden de la preservación de la comunidad. El Universo probablemente es como el desierto de los perseguidos por los egipcios del relato bíblico y allí, el requisito para sobrevivir era formar parte del cuerpo. Para cerrar la analogía con la antigüedad hebrea, quizás la tierra de promisión del futuro esté en otra galaxia y si como humanidad elegimos el ser, la vida, el sentido, no queda de otra que organizarnos de otra manera, donde la justicia y la razón se vuelvan “connaturales” a los humanos. La gripe porcina será en la distancia una de tantas prácticas pedagógicas que nos asestaría el entorno, las circunstancias, el destino, quien sabe quién o qué, para que aprendamos a hacer camino al andar, si es que no decidimos rendirnos. Pero sí, es cuestión de decisión y en el paso previo, la deliberación, el viejo Aristóteles, sí que tiene cosas fundamentales que decirnos, o el otro maestro, el de Guipuzcoa, que insistía en no confundir los medios con los fines

3 comentarios:

carlos castellanos dijo...

Agradezco la recomendación, la exploraré y ya te conversaré. Estamos en contacto

Unknown dijo...

soy seguidora de este blog y solicito al autor que no nos abandone y actualice este espacio para compartirnos sus ideas, mira que hay mucha tela de dónde cortar.
un abrazo.

carlos castellanos dijo...

No se preocupe Ïcarus, en el fin de semana subimos alguna cosa relacionada con nuestros temas