martes, 25 de junio de 2013

LA DISCIPLINA, QUÉ ES ESO…Carlos Castellanos

Hace unos días me llamó María Asunción para comentarme que su hijo de catorce años le ha insistido en que el curso escolar prácticamente ha terminado y que ya no quiere asistir a la escuela, aún cuando faltan dos semanas para que oficialmente se marchen de vacaciones. Su hijo Alfonso hace cosas que según su criterio rayan en una cierta rebeldía que empieza a ser intolerable; por otra parte, el chico tiene dos hermanos mayores que prácticamente se autogobiernan en asuntos escolares y domésticos, por lo que le explico a la madre que probablemente ella se está centrando demasiado en el hijo menor, y se genera una dinámica de tensión entre ambos, y que además como los mayores la necesitan menos, podría empezar a pensar que su tarea de madre está cerrando su ciclo y le produce cierto desazón e incertidumbre.
En cuanto a ella, es importante considerar que si bien, el ciclo actual empieza a concluir, la vida sigue y se va a abrir otro, tal vez más descansado, de reencuentro o reencuadre con su pareja, pero que los desafíos lejos de terminar, se ensanchan y es buena oportunidad para avanzar a una vida con otras modalidades de plenitud, nuevos quehaceres, tiempo para aprender cosas nuevas.
Con todo lo que hemos conversado, María Asunción no quita el dedo del renglón y me pregunta qué hacer con Alfonso, le permite quedarse en casa o por disciplina lo obliga a ir a la escuela; cabe decir que el chico tiene una capacidad para argumentar y defender su posición, magnífica, pues entre otras cosas ha dicho que ha pasado todas las materias con muy buenas calificaciones, que tiene gripe y que a la escuela sólo irá a perder el tiempo.
Le sugiero a la inquieta madre que reflexionemos sobre dos asuntos, primero, qué es la disciplina y aclaramos que si tomamos el concepto en los términos que comúnmente se usa, como una especie de acción forzada encaminada a cumplir ciertas reglas, estaremos en desventaja con Alfonso, por lo que le sugiero pensemos que la disciplina, más alude a una forma de convertirse en discípulo de una idea que se ama, entonces podremos hablar de autodisciplina. Ahora bien, Alfonso ha dicho que quiere convertirse en ingeniero de sistemas, y la idea lo apasiona, aunque también le interesan otras áreas del conocimiento como la historia y la literatura, lo que nos da la pauta para pensar en una idea de formación más amplia y no reducida a la disciplina de esa ingeniería.
La conclusión: es importante mantener la disciplina durante esas dos semanas, pero que si él es fiel a sí mismo y a su interés de formarse para la vida, disciplinarse, o alcanzar el autodominio puede ser divertido y es innecesario llegar a actitudes espartanas o aún estoicas, por lo que va a elaborar un proyecto para ese tiempo, que puede consistir en visitar museos, conocer personas que sean ingenieros en sistemas, ayudar en tareas de la casa, sin dejar por supuesto de dedicar tiempo para ver a los amigos y atender otros intereses propios de muchachos de su edad. De manera que parece que es posible no asistir a la escuela, sin dejar formarse y ser productivo, y la disciplina, que es atender a ideales muy importantes para el sentido de la vida de Alfonso, queda a salvo. Salen ganando los tres, María Asunción, Alfonso y la idea que él mismo dice amar. Lo que ciertamente estaría fuera de lugar es dedicar todo el tiempo de vacaciones anticipadas al ocio, y tampoco es conducente poner límites porque sí, sino en función de un proyecto de autoformación. El desafío central es que Alfonso o los Alfonsos que estén en ese lugar, aprendan a autogobernarse, y la pasión por lo que se quiere ser, hacer y tener dentro de un marco ético, porque tampoco es lícito conseguir los objetivos, pasando sobre la dignidad de otros. Así, la disciplina deja de ser una exigencia externa y deviene en una herramienta deseable y útil.
N:B: Los nombres son ficticios, la situación es común cada año, antes de marchar a vacaciones.

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